LOS LAZOS QUE NOS UNEN A SILVIO

A comienzos de enero del 2007, habíamos planeado con mi gran amigo Luis Pérez asistir al concierto del cantautor cubano Silvio Rodríguez, quien retornaba al Perú después de 21 años, un concierto imperdible tanto para mí, como para él, y le digo esto, por los matices q representaban, el padre de mi gran amigo en una de tantas noches, me hizo escuchar al gran Silvio, y me impacto inmediatamente su música, nunca antes lo había escuchado (increíble pero cierto, eran principios de los años 90 y recién descubría la nueva trova), entendí que con bellos acordes y poesía también se podía expresar sobre problemática de realidad nacional, alzar la voz decir medias verdades y abrir las conciencias, en aquellos años ya tenía cierto bagaje dentro de la música subterránea, desde los catorce años asistí a conciertos, convocatorias, marchas y también iba seguidamente a la esquina de la Universidad Villarreal para escuchar música, con el chato Víctor, estuve inclinado hacia el punk y hardcore pero no dejaba de abrirme a otras tendencias musicales, pero esto es otra historia. El día que acordamos comprar las entradas no pude ir, ni tampoco me comunique con él, aquel día había recibido una llamada telefónica demoledora, que destrozo mi espíritu, mi alma y corazón, y sobretodo mis pensamientos, a pesar de tener algo de experiencia, no dejaba de entregar todo lo q había dentro de mí, fue muy doloroso, espero que nunca nadie más lo haga (los q tengan la oportunidad de leer esto por favor no lo hagan, no saben cómo lastima y hiere), la voz que llamo era para terminar nuestra relación, sin más explicaciones y colgó la llamada y apago el celular, son momentos de incertidumbre donde te repites a cada instante ¿porque? , donde buscas razones donde no las hay, y te culpas por algo q no hiciste, sin saber lo que hiciste mal, momentos de delirios y locuras, donde imaginas sin saber que imaginar, donde se pierde la noción del tiempo y de la realidad, los sueños comienzan a morir, los temores se van haciendo fuertes para apoderarse de la dignidad y autoestima, pues quien está preparado para decisiones así, tan inesperadas.
En medio de aquello aun seguía haciendo de todo, como si fuera normal, no había tiempo para romper en llanto, Luis llamaba pero no le contestaba. Horas antes del concierto de Silvio, nuevamente una llamada de Luis y esta vez, ya no podía mas necesitaba hablar con alguien y conteste, hablamos brevemente, justo estaba cerca donde vive, allá por la Videna y le dije que ya iba para conversar. Al llegar le narre lo sucedido, aparentaba estar tranquilo mas no lo estaba, el quizás intuía algo más de lo q yo hablaba y decía sentir, me dijo q tenía una entrada más para el concierto de Silvio (sinceramente nunca se lo he preguntado pero imagino q dejo a alguien plantado,je,je, pues asistir al concierto, de alguna manera eso me distraería y me haría feliz). Salimos rumbo al Jockey Club del Perú, compramos algunas cervezas descartables en el camino, y bebiendo le hablaba de otros temas como escondiendo lo q sucedía en mi interior.
El concierto comenzó con "escaramujo”, luego siguieron varios temas, hasta llegar “ángel para un final” donde mi humanidad se desplomo, jamás había llorado al lado de alguien, pero no pude mas, solo sentí un caluroso abrazo, q me acompaño casi todo el tema, que sin hablar me consolaba y me decía que todo iba estar bien, que me fortalecía y me hacía perder todos los temores hasta recuperarme en la sobriedad. Aun recuerdo que faltaba algo, un tema para cerrar aquella estupenda noche, pero termino el concierto y no lo habían interpretado, yo le decía a mi gran amigo, que faltaba aquel tema y que por esa noche quería escucharlo con todo el corazón, cuando de repente la gente comenzó a corear el nombre de Silvio, y tras largas despedidas, y ya pasada la medianoche, si fueron más de tres horas de concierto, volvió Silvio una y otra vez al escenario, en una de ellas para interpretar solo con su guitarra "Ojalá", que fue un himno en aquel momento, abrazados con Luis, lo cantamos a todo pulmón, como queriendo que a través del viento nuestras voces se escuchen en lo alto, para obtener en aquellas circunstancia el milagro de mas que un “ojala” sino una realidad en mi sentir…Esa noche después de largos días pude dormir tranquilo en casa de Luis, y al despertar misteriosamente era otro hombre, lleno de fe y esperanza, dispuesto a escuchar lo inexplicable con un corazón muy abierto para amar y perdonar , decir adiós y desearle lo mejor a quien había decidido buscar sus sueños en otros brazos, buscarse su propio destino…

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